“EN BUSCA DE UN NUEVO LENGUAJE DE LA CIUDAD”

Desde que entraron a contarse los primeros calendarios de este siglo XXI, ha cobrado vigencia en el mundo una preocupación creciente sobre cuál será el destino de las ciudades: El futuro de las ciudades. Cómo serán las ciudades del futuro. Tales han sido lemas convocantes de los sucesivos coloquios que han ocurrido, varios de ellos en América Latina: Argentina y México, por ejemplo.

 Urbanistas y arquitectos, especialistas y estudiosos del área de las ciencias sociales, han debatido allí sus conceptos y criterios, para dejar fijados unos cuantos lineamientos que –en su consenso–, ellos consideran como válidos en cuanto a prefigurar los más probables escenarios de futuro para las medianas y grandes urbes, en este caso latinoamericanas.

 Desde hace casi una centuria –años 20 del pasado siglo– a esta parte, la población mundial aceleró su crecimiento hasta triplicarse: de 2.500 millones de habitantes pasó a los 7.500 millones de hoy, y más de la mitad de esta población reside ahora en las ciudades.

Al mismo tiempo señalan que, siendo inevitable tal crecimiento de las ciudades, “deberá buscarse que la ciudad crezca de la manera más igualitaria posible, que sea democrática y sustentable: que no comprometa recursos naturales, físicos y medioambientales a un nivel que vaya a complicarle la vida a las generaciones futuras” –lo dijo el presidente del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo de Buenos Aires, Augusto Penedo.

Curitiba, ciudad al sur de Brasil, es un ejemplo a seguir por lo menos para el resto de la América Latina, pues sus acciones de política pública se vienen enfocando en planeamiento urbano y un transporte masivo y sustentable. Y cerca de Recife, para el mundial Brasil-2014 se diseñó Arena Pernambuco, tenida por “la primera ciudad inteligente” de Brasil por su pionera adaptación a la tendencia verde y su ahorro de energía mediante fuentes alternativas.

Por otra parte, aunque notoriamente diferente de Barranquilla, Medellín encarna otro referente más próximo a lo nuestro. Reportes de un testimonio académico lo registra así: “La arquitectura junto con el diseño urbano aportaron al desarrollo social y al mejoramiento de la calidad de vida.

Curitiba, izquierda; Arena Pernambuco, derecha: en Bras

Curitiba, ciudad al sur de Brasil, es un ejemplo a seguir por lo menos para el resto de la América Latina, pues sus acciones de política pública se vienen enfocando en planeamiento urbano y un transporte masivo y sustentable. Y cerca de Recife, para el mundial Brasil-2014 se diseñó Arena Pernambuco, tenida por “la primera ciudad inteligente” de Brasil por su pionera adaptación a la tendencia verde y su ahorro de energía mediante fuentes alternativas.  

Por otra parte, aunque notoriamente diferente de Barranquilla, Medellín encarna otro referente más próximo a lo nuestro. Reportes de un testimonio académico lo registra así: “La arquitectura junto con el diseño urbano aportaron al desarrollo social y al mejoramiento de la calidad de vida.

Se trabajó en áreas de pobreza y con alto de grado de violencia y conflictividad social, generando mejoras en educación, movilidad, recuperación de espacio público y creación de zonas verdes (…) El desarrollo urbano alrededor de las estaciones del Metro fue clave para conectar asentamientos populares de las laderas al transporte público mediante el Metro-cable, y con escaleras mecánicas públicas y gratuitas. Así, la llamada “Nueva Medellín” privilegió el desarrollo cultural y la inclusión social, bajaron las tasas de violencia y desempleo, y mejoró la percepción de los habitantes acerca de su ciudad”.  

Paseo de la Reforma

Maximizar la profusión de espacios verdes para producir oxígeno, óptima eficiencia energética en el transporte, abastecerse aprovechando los recursos del entorno, agregado ello a la reutilización y el reciclaje de residuos – éstos son algunos de los lineamientos de los expertos para “pensar las ciudades del futuro”.

Medellín

Guadalajara

Pensar las ciudades del futuro no sólo será tarea –y nada sencilla– de los urbanistas y arquitectos: “Deberá trabajarse en conjunto con profesionales de otras disciplinas, para así poder entender la dinámica de la ciudad y sus necesidades antes de intervenir el espacio urbano”.

Otro par de opiniones de expertos que recalcan sobre el asunto, son las que siguen:

“Ya lejos de las obras grandilocuentes que fueron tendencia histórica del urbanismo (los Campos Elíseos, en París; el Paseo de la Reforma en Ciudad de México, etc.) hoy son otros los parámetros de las intervenciones urbanas. Los problemas de las ciudades tienen que ver ya con marginalidad, generación de empleo, escasos ingresos de la población y fragilidad ambiental. Un contexto en el que priman –en las intervenciones urbanas– los criterios de la sustentabilidad social, económica y ambiental” (Urbanista Heriberto Allende).

Por su parte el académico Pablo Fernández Vásquez –en su acercamiento al tema– conceptúa de esta manera: “El diseño urbano tiene un impacto notable en los patrones de desigualdad y en la salud medioambiental de los ciudadanos. En contextos de crecimiento de la población mundial y alta migración hacia las ciudades, amén del cambio climático en marcha, va a ser imprescindible acertar con el modelo urbanístico que deberá promoverse ahora, de cara al futuro”.