El comentario de Elías Nuestra política
#Quedateencasa
Jorge Guebely
Enorme decadencia de nuestra política, vanguardia de la ruina social y humana. El peor verdugo de los excluidos. Nada la emparenta con la política diseñada por Platón y Aristóteles. Nada que ver con el “animal político” o “Zoon Politikón”: el ser que, por instinto, construye su hábitat en la “polis”, en la ciudad. Citadino por naturaleza.
Se emparenta más bien con Maquiavelo, la política de “El Príncipe”. Política de aristócratas europeos y godos colombianos. Política astuta para gobernar plebeyos por la fuerza bruta. De inmensa inmoralidad porque “La política no tiene relación con la moral” como lo afirmaba Maquiavelo. Maquiavelismo que practican godos por convicción y liberales, por descomposición.
Nada que ver con los liberales originales. El “Contrato Social” de Rousseau, liberalismo puro, filosófico, de intenciones sociales. Libertad e igualdad, pilares fundamentales de un Estado para que el hombre, que nace bueno, no se corrompa tan fácilmente. Nada que ver con Montesquieu quien proclamaba la separación de poderes para neutralizar los abusos del poder. Hoy, los tres poderes colombianos están infectados por la misma ruina, son cómplices.
Más bien responde a los postulados de Maurice Duverger en “La democracia sin pueblo”. Democracia exclusiva y excluyente de acaudalados quienes compran políticos como caballos y yeguas en ferias electorales. Democracia cooptada por partidos políticos, por personas con intereses afines, para usufructuar el botín público en beneficio propio. Organizaciones que, con el advenimiento del neoliberalismo, mudaron a empresas electorales, a bandas delincuenciales dedicadas al negocio de la política, la cima de la podredumbre social.
Podredumbre política que todo lo pudre, todo lo transforma en mercado sucio: conspiración, soborno, colusión, corrupción, asesinatos… Los derechos fundamentales del hombre pervertidos por el espíritu político. Ensucian la salud convirtiéndola en negocio privado: contratación de médicos por horas, mal remunerados, mientras los socios de las eps pudren la salud colombiana
Ensucian la universidad pública; tan apetecida por paramilitares, por la extrema derecha, la derecha y hasta por la izquierda, sólo para usufructuarla políticamente. Docentes contratados por horas, burocracia hinchada, recursos malversados en contratos inocuos, mientras la academia se diseca en la medianía.
Ensucian la justicia a la que ponen precio. Justicia al mejor postor con alma de cortesana fina.
Hasta la vida la convierte en desfalco político. Líderes sociales asesinados por reclamar tierra, justicia. Colombianos aniquilados por el hambre o por el atraco ejecutado por un muerto de hambre
Política que flagela el estómago y achata las alturas espirituales de un pueblo. “Vaso sucio que ensucia cualquier contenido” como Horacio metaforizaba la corrupción.
Creditos:
Jorge Elías Guebely Ortega
Nació en Barranquilla. Fue profesor de literatura en la Universidad Surcolombiana de Neiva. Estudió en la Escuela Normal de Barranquilla, en la Universidad Libre de Bogotá, en el Instituto Caro y Cuervo y en La Sorbona donde se doctoró en Literatura Latinoamericana.